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Mandalas

Con Verónica Sabattini

Herramienta creativa que nos ayuda a ver el contenido de nuestro mundo interno. 

El Mandala es una herramienta creativa que nos ayuda a ver el contenido de nuestro mundo interno. 

El famoso psicoanalista Carl Jung fue el primer terapeuta en utilizar Mandalas con los pacientes y definió al Mandala como “una representación del yo inconsciente.” Observó que cuando la imagen de un Mandala aparecía de repente en sueños o en el arte, por lo general era una indicación de movimiento hacia un nuevo conocimiento de sí mismo y paralelamente notó que sus pacientes a menudo creaban dibujos de círculos de manera espontánea. Incluso tenía su propia experiencia personal y profunda con imágenes de Mandala ya que él mismo creó pinturas y bocetos de Mandalas que sentía que se correspondían con su situación interna del momento.

 

Jung llegó a la conclusión de que los Mandalas denotan una unificación de los opuestos, sirven como expresiones del sí mismo, y representan la suma de lo que somos. Son un intento instintivo de la psique de reorientarse, de franquear sus abismos, de reconectarse consigo misma.

 

Es una gran fuente para la curación y reflexión.

Nos ayuda a experimentar y reflexionar sobre la esencia de lo que somos en
el aquí y ahora.

 

Otra profesional que destaca el uso de los Mandalas es Marie Pre, reconocida pedagoga francesa, quien sostiene que el trabajo con Mandalas “es como una gimnasia ortopédica para devolver al sistema cerebral central un funcionamiento natural y ecuánime de todas sus partes”. Este proceso facilita el “tratamiento de la información, la formulación y memorización de la síntesis y la emergencia del sentido”, es decir que facilita la toma de conciencia de aspectos inconscientes.

 

Y del otro lado del océano, Johan Kellogs, arteterapeuta e investigadora estadounidense, estudió cientos de Mandalas y encontró una recurrente correlación entre las imágenes, patrones y estructura de los mándalas que los pacientes elegían y determinadas características de personalidad.

El Dr. Salomon Sellam sostiene que “todo lo que no sale de nuestros labios grita en lo más profundo del alma… y se convierte en un síntoma”, el uso del Mandala en la terapia permite que ésto que está en lo más profundo de nuestra alma pueda revelarse, expresarse y ser tratado para que tomemos consciencia de lo que nos pasa y resolverlo. 

 

Hay ocasiones o patologías en las que es hay tal caos interno que es realmente difícil poner en palabras aquello que nos pasa o sentimos, y el Mandala permite precisamente reequilibrar la actividad cerebral, integrar los elementos dispersos del psiquismo y así salir de esta confusión.

 

Una herramienta que todo terapeuta debería conocer

.

Personalmente, uso el Mandala en terapia de dos maneras básicamente. Una más bien general, en la que espontáneamente el paciente dibuja un Mandala y trabajamos sobre la interpretación de su contenido, y la segunda es utilizando un Mandala que aborda una temática o una técnica particular, con un objetivo definido. Por ejemplo cuando trabajamos Ancestros, la Sombra, la integración de los hemisferios cerebrales, la autoaceptación, etc.

 

La técnica del Mandala es rica en sí misma, el solo hecho de crear o colorearlos genera bienestar pero al integrarla dentro de la terapia se potencia la posibilidad de explorar y descubrir nuestro mundo interior para armonizar, estabilizar y controlar estados de crisis, ansiedad y desequilibrios; de ahí la importancia, que desde Jung en adelante, tiene el Mandala como método terapéutico de sanación psíquica.